¿Termo eléctrico o caldera de gas? No sabes que elegir y tampoco te queda claro que es mejor. Tranquilo, sigue leyendo y entérate de todo; los requerimientos, pros y contras de cada máquina y para que está indicado cada uno.
Índice de contenidos
Elegir un termo eléctrico
Los termos son máquinas simples que calientan el agua por medio de una resistencia eléctrica (funcionan solo con electricidad) gracias al efecto Joule, son baratos y fáciles de instalar. En cuanto la temperatura del agua del acumulador baja, comienza a calentarse lentamente, por lo que habrá que esperar cierto tiempo entre una extracción y otra. Solo suministran agua caliente, para la calefacción se requerirá de otras máquinas térmicas.
- Requerimientos: Solamente un punto de luz cercano y las tomas de agua (entrada y salida).
- Pros: Muy fácil y rápido de instalar, precio reducido, se evita el contratar un servicio de suministro de gas, no necesita ningún dictamen ni revisiones periódicas, un termo de gran capacidad podría dar servicio a varios grifos simultáneos.
- Contras: Capacidad de agua caliente limitada por el volumen del termo, tiempo de espera mientras se está calentado el agua, pérdida de temperatura progresiva, deterioro y goteo del termo con el paso del tiempo (acaba picándose la cuba por acto de la corrosión).
Elegir una caldera de gas
Las calderas de gas son máquinas más complejas y completas que los termos, general calor por medio de la combustión de un hidrocarburo (necesidad de suministro de gas), dan servicio a agua caliente y calefacción (si son calderas mixtas). Suministran agua caliente de forma continuada y sin esperas.
- Requerimientos: Un punto de luz, tomas de agua, acceso a suministro de gas (canalizado o bombonas) y la realización de certificado energético en Madrid o dónde corresponda de Instalación Individual de Gas por personal autorizado.
- Pros: Ofrecen agua caliente y calefacción, una máquina para ambos servicios, suministro de agua caliente de forma ininterrumpida (no hay que esperar y no se acaba).
- Contras: Obligatoriedad de contratar un suministro de gas canalizado (si pasa por tu vivienda) o bombonas, precio más elevado que los termos, instalación más compleja que requiere de persona con conocimientos en soldaduras y que se certifique a posteriori la seguridad de la instalación, precisa de revisiones periódicas (tanto la instalación de gas como el propio aparato), calderas sin acumulador no pueden calentar con garantías varios grifos simultáneos.
¿Necesito una caldera de gas o un termo eléctrico?
Depende de tus necesidades, el dinero que quieras invertir y de si ya existe una instalación de un aparato antiguo te recomiendo uno u otra máquina.
- Un termo está orientado a suministrar pequeñas cantidades de agua caliente. Está indicado para viviendas pequeñas de una planta, que dispongan de calefacción (eléctrica, comunitaria, estufa de pellet…), perfecto para casas de verano (donde no se necesita calefacción) o para suministrar agua caliente a un único punto (como un baño).Es una forma de tener agua caliente muy económica (el precio del termo y su instalación son relativamente baratos). La instalación es sencilla (pueden instalarse en cualquier sitio) y no tiene que pasar ningún control ni mantenimiento obligatorio, aunque, se recomienda cambiar el ánodo de sacrificio cada cierto tiempo para evitar que el termo se pique.
- Una caldera ofrece agua caliente continua y calefacción, ideal para viviendas cualquier tamaño ( mayor potencia cuanto más metros cuadrados tenga). Las calderas son más caras, tienen una instalación más compleja (al emplear gas) y se debe de pasar un control de seguridad de instalación y aparato, tanto de puesta en servicio como periódico.
Cambiar un termo por una caldera
Si quieres cambiar un termo por una caldera a gas, debes tener en cuenta si existe la posibilidad de engancharte a la red de distribución de gas canalizado o si por el contrario tienes que utilizar bombonas. Para ambas soluciones se requiere de un dictamen de instalación de gas firmado por una persona autorizada por industria.
Para el sistema de calefacción tendrá que realizarse una instalación de radiadores en Madrid con tubos en superficie, esta deberá de calcularse en función de las dimensiones y características de la vivienda.
Entonces… ¿Caldera o termo eléctrico?
Una termo se recomienda cuando solo se necesita agua caliente y para pequeñas demandas (se acaba el agua caliente y hay que esperar un tiempo), si se quiere tener calefacción habrá que buscar otro sistema de calor a parte. Es barato y fácil de de instalar y mantener.
Por el contrario, una caldera puede suministrar agua caliente de forma ininterrumpida y calefacción de forma simultánea. Es más caro (requiere gas), la instalación y mantenimiento son más complejas y requieren de un control de seguridad (dictámenes de instalación y control periódico).
Otro tema es el coste en la factura, ¿Cómo es más barato calentar el agua, empleando electricidad o gas?… eso queda para otro post.
FAQS sobre la elección entre caldera de gas o termo eléctrico
Las principales diferencias entre una caldera de gas y un termo eléctrico radican en su funcionamiento, aplicaciones y requisitos de instalación. Un termo eléctrico calienta el agua mediante una resistencia eléctrica utilizando el efecto Joule. Son máquinas simples, baratas y fáciles de instalar. No necesitan suministro de gas, solo un punto de luz cercano y las conexiones de agua. Sin embargo, su capacidad de agua caliente está limitada por el volumen del termo, y hay tiempos de espera mientras se recalienta el agua. Son ideales para viviendas pequeñas o usos específicos como casas de verano.
Por otro lado, las calderas de gas funcionan mediante la combustión de gas (natural o bombonas) y pueden proporcionar tanto agua caliente como calefacción. Son más complejas y caras que los termos eléctricos y requieren una instalación más especializada, incluyendo la certificación de seguridad del gas. Las calderas pueden suministrar agua caliente de forma continua sin tiempos de espera y son adecuadas para viviendas de cualquier tamaño. Sin embargo, necesitan mantenimiento periódico y una instalación inicial más compleja y costosa.
Los termos eléctricos ofrecen varias ventajas. Son fáciles y rápidos de instalar, ya que solo requieren una conexión eléctrica y las tomas de agua correspondientes. Su precio inicial es relativamente bajo, y no necesitan revisiones periódicas obligatorias, lo que reduce los costos de mantenimiento. Además, un termo eléctrico puede instalarse prácticamente en cualquier lugar de la vivienda, lo que proporciona gran flexibilidad.
Sin embargo, tienen algunas desventajas importantes. La capacidad de agua caliente está limitada al volumen del termo, por lo que pueden agotarse rápidamente si la demanda es alta. Una vez que se agota el agua caliente, es necesario esperar a que el termo vuelva a calentar el agua, lo que puede llevar tiempo. También pueden sufrir pérdida de temperatura progresiva y, con el tiempo, el tanque puede corroerse y comenzar a gotear. Estos factores los hacen menos adecuados para hogares con una alta demanda de agua caliente o para aquellos que necesitan agua caliente constante sin interrupciones.
Las calderas de gas tienen varios pros. Pueden proporcionar tanto agua caliente como calefacción, lo que las convierte en una solución integral para las necesidades térmicas de un hogar. Suministran agua caliente de manera continua sin tiempos de espera, lo cual es ideal para viviendas con alta demanda de agua caliente. Las calderas modernas suelen ser muy eficientes y pueden ofrecer un buen ahorro en las facturas de energía a largo plazo.
Por otro lado, las calderas de gas también tienen contras. Requieren una instalación más compleja y costosa que incluye la necesidad de un suministro de gas (natural o mediante bombonas) y la certificación de seguridad del sistema de gas. Además, necesitan mantenimiento periódico para asegurar su funcionamiento seguro y eficiente, lo cual implica costos adicionales. Las calderas sin acumulador pueden tener dificultades para suministrar agua caliente a varios grifos simultáneamente. El precio inicial de las calderas y la instalación es más alto en comparación con los termos eléctricos, lo que puede ser un factor a considerar para algunos usuarios.
Un termo eléctrico es más conveniente en situaciones donde solo se necesita agua caliente y no se requiere calefacción central. Es ideal para viviendas pequeñas, apartamentos o casas de verano donde el consumo de agua caliente es bajo o moderado. Si ya tienes una fuente de calefacción independiente (como calefacción eléctrica, estufas de pellets o calefacción comunitaria), un termo eléctrico puede ser una opción económica y sencilla.
Además, los termos eléctricos son adecuados en lugares donde no hay acceso fácil a una red de gas natural o donde instalar una conexión de gas sería demasiado costoso o complicado. También son ideales para instalaciones temporales o secundarias, como en una casa de campo, una oficina o un taller, donde no se necesita un suministro continuo y elevado de agua caliente. La facilidad de instalación y el bajo mantenimiento hacen que los termos eléctricos sean una opción práctica y económica para estas situaciones específicas.
El costo energético es un factor crucial al decidir entre una caldera de gas y un termo eléctrico. El gas natural generalmente es más barato que la electricidad en muchas regiones, lo que puede hacer que una caldera de gas sea más económica a largo plazo, especialmente si se usa tanto para agua caliente como para calefacción. Las calderas de gas suelen ser más eficientes en términos de costos operativos debido al menor precio del gas comparado con la electricidad.
Sin embargo, el costo inicial de instalación de una caldera de gas es más alto debido a la complejidad de la instalación y la necesidad de certificación de seguridad. Por otro lado, los termos eléctricos tienen un costo inicial más bajo y son más fáciles de instalar, pero el costo de calentar agua con electricidad puede ser más alto en comparación con el gas. Además, los termos eléctricos pueden tener una mayor pérdida de energía debido al tiempo de espera y la necesidad de recalentar el agua, lo que puede incrementar el costo total de operación.